Por: Martín León
Para generar un cambio positivo en nuestra
vida no alcanza solo con sentir la necesidad. Además debemos volvernos
intolerantes frente ella.
Esto último es lo más difícil ¿Sí o no?
Todos sabemos lo que necesitamos para ser felices, pero pocos nos
levantamos y vamos a buscarlo. Pocos nos atrevemos a salir de nuestra zona de
confort. Pocos nos animamos al cambio porque, si bien nuestra
vida no es la ideal, al fin y al cabo, respiramos. Nuestras necesidades básicas
se ven satisfechas.
¡Dejemos las mediocridades!
Todos los que detectamos un falencia en
nuestra vida tenemos el deseo de cambiar. Pero la gran mayoría
teme que el precio del cambio sea demasiado alto, por lo que decide no correr
el riesgo.
Pero el deseo está ahí.
Latente. ¡El deseo de ser mejor! El deseo de ser más, porque tenemos la certeza
de que no estamos desarrollando todo nuestro potencial. El deseo está a
la espera de un disparador para expresar todo su potencial y darnos las
herramientas necesarias para hacerlo realidad. Y ese disparador
puede accionarse sin previo aviso. Una canción, una poesía, un libro, una
discusión, un enfrenamiento, la frustración de no poder darle a nuestra familia
todo lo que necesita…
Cualquiera puede apretar el gatillo.
Y un día, ¡un fabuloso día!, algo sucede.
Algo sirve de catalizador y te impulsa a exteriorizar todo ese disgusto que
tenías reprimido. Un día te cansas y dices “¡Basta para Mí! ¡Ya tuve
suficiente de esta porquería!”.
Ese día, Mi estimado, es realmente el
primer día del resto de tu vida.
Jim Rhon decía que “el disgusto es una
emoción negativa pero puede tener un efecto positivo y poderoso”. Y no se
equivocaba.
El disgusto por tu
situación te lleva a decir “¡Ya basta!”. Te lleva a tomar la decisión de
cambiar.
La Decisión es importante
para que ese disgusto valga la pena. El día que te sientas a decidir, estás
cambiando. ¡Decidir qué quieres y que no quieres para tu vida es grandioso!
Decidir qué quieres hacer y que no quieres seguir haciendo te dará la principal
herramienta para generar el cambio: La inspiración.
El día que te sientas a decidir estas
tomando las riendas de tu vida. ¡Que motivador es el día que te sientas
a decidir! ¡Qué inspirador es sentir que tú tienes el control!
Deshazte de tus malos hábitos y reemplázalos por nuevos. ¡Es suficiente de esta porquería! ¡Basta!. El
día que decidas cambiar, ya habrás cambiado.
Entones aquí tienes lo necesario para
empezar. El disparador. Las 3 D:
- Deseo de cambiar.
- Disgusto por la situación actual. Que nos lleva a exteriorizar el deseo.
- Decisión de cambiar.
-
Las tres D son una receta más que eficaz
para disparar un cambio asombroso que te llevara a evaluar tu vida, detectar
los malos hábitos y reemplazarlos por buenos hábitos, emprender y lanzarse a lo
desconocido. ¡Qué emocionante!
Parece simple, ¿verdad? Pues no lo es
tanto. El hombre es un animal de costumbre. Y su mayor costumbre es posponer lo
importante. Tiene el deseo de cambiar, pero no quiere afrontar el trabajo. Por
pereza o por miedo a tomar el riesgo.
Porque lo simple de hacer también
es simple no hacerlo.
Asi que no te duermas. ¡Manos a la obra!
Exitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario