A estas alturas yo estoy seguro que el que lea este artículo está familiarizado con este asunto de los lados del cerebro, es decir la división de nuestro cerebro en dos mitades o hemisferios: el izquierdo y el derecho.
De estar equivocado y esta es la primera vez que tu escuchas acerca de este tema, visite este web site División del Cerebro y obtendrá una buena cátedra en relación a este tema, pero, para lo que nos interesa en este breve post, nos basta con saber que el lado izquierdo procesa información lineal, una tras otra, de hecho se especula que las personas que utilizan más este lado del cerebro pueden parecer personas muy frías y prácticas, casi que sin sentimientos e idóneas para hacer negocios.
Por el otro lado de esta compleja computadora llamada cerebro se encuentra el hemisferio derecho en el cual está ese que pudiésemos etiquetar de sentimental, aquel que se hace un buen coctel con información aderezada con sentimientos, música, colores, olores e historias. Y aquí es exactamente donde entramos los vendedores como bueno narradores que somos.
Está comprobado que de toda la información lineal que usted suministre al prospecto. es decir, características generales, datos técnicos, especificaciones detalladas, procesos de pago, tiempos de entrega etc. puede olvidarlos con mucha facilidad, pero lo que es puntualizado dentro de una historia o anécdota dificilmente se olvida, por eso podemos almacenar con mayor facilidad un chiste que el número de cuenta bancaria. Las decisiones de compra se toman de este lado derecho del cerebro, así, que si por ejemplo, usted le cuenta una historia de algún cliente con una necesidad igual o parecida a la de él, alguien que haya conseguido una solución con el producto o servicio que usted ofrece, cuéntesela, pero hágalo con calidad, ensáyela en casa antes de contarla a sus prospectos.
Yo particularmente cuando vendía inversiones en fondos mutuales solía contarle la misma historia a los clientes, alguién me la contó y yo la contaba como si la fuera vivido, era una historia de alguien quien había comprado acciones de la Mercedes Benz antes de la 2da guerra y luego al pasar el tiempo aun con la caida de estas acciones en la post guerra, logró acumular mucho dinero para su etapa de madurez tan solo por ver el negocio bursátil como una inversión a largo plazo para hacerlo rentable.
Conviértase en el mejor de los cuenta cuentos, cuente historias que impacten pero que subrayen algún beneficio para su prospecto.
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Por el otro lado de esta compleja computadora llamada cerebro se encuentra el hemisferio derecho en el cual está ese que pudiésemos etiquetar de sentimental, aquel que se hace un buen coctel con información aderezada con sentimientos, música, colores, olores e historias. Y aquí es exactamente donde entramos los vendedores como bueno narradores que somos.
Está comprobado que de toda la información lineal que usted suministre al prospecto. es decir, características generales, datos técnicos, especificaciones detalladas, procesos de pago, tiempos de entrega etc. puede olvidarlos con mucha facilidad, pero lo que es puntualizado dentro de una historia o anécdota dificilmente se olvida, por eso podemos almacenar con mayor facilidad un chiste que el número de cuenta bancaria. Las decisiones de compra se toman de este lado derecho del cerebro, así, que si por ejemplo, usted le cuenta una historia de algún cliente con una necesidad igual o parecida a la de él, alguien que haya conseguido una solución con el producto o servicio que usted ofrece, cuéntesela, pero hágalo con calidad, ensáyela en casa antes de contarla a sus prospectos.
Yo particularmente cuando vendía inversiones en fondos mutuales solía contarle la misma historia a los clientes, alguién me la contó y yo la contaba como si la fuera vivido, era una historia de alguien quien había comprado acciones de la Mercedes Benz antes de la 2da guerra y luego al pasar el tiempo aun con la caida de estas acciones en la post guerra, logró acumular mucho dinero para su etapa de madurez tan solo por ver el negocio bursátil como una inversión a largo plazo para hacerlo rentable.
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